miércoles, 9 de enero de 2008

URIBE DESTAPA LA VERDADERA GUERRA




POR UN NUEVO PAÍS:
"... se verá que yo he respetado a todos y no me he inclinado a nadie;...." (Simón Bolívar, 26/04/1825)

URIBE DESTAPA LA VERDADERA GUERRA
Ya lo anotamos en reciente entrega acerca del verdadero transfondo de intereses en el conflicto armado colombiano, por la ingobernabilidad de ese país dada la situación de guerra civil no declarada desde hace más de cincuenta años, agravado ahora por la apátrida posición del presidente Uribe, ahora develada sin rubor por el delicado impasse con Venezuela a raíz del impropio y deleznable, pero absolutamente previsible, desmán del presidente colombiano, al darle una patada a la lámpara y suspender unilateralmente el proceso de canje humanitario. Y más allá de ello, por el cierre de toda posibilidad de lograr la paz en Colombia, mientras ese país siga siendo gobernando por USA a través de los gobiernos antinacionalistas de la derecha colombiana.


Para Venezuela el hermano país es muy importante. A nuestro país le duele y afecta lo que pase a Colombia, dado que son grandes y profundos nuestros nexos geopolíticos, económicos, culturales e históricos. Por ello, este tema pasó a formar primera prioridad en la agenda internacional de nuestro país, tan pronto el gobierno colombiano solicitó (ó aceptó,..?)los servicios de mediación del presidente Chávez, para la búsqueda de un canje humanitario de los rehenes en poder de las FARC y los presos de esa organización en poder del estado colombiano.

Temprano habíamos advertido sobre el trasfondo político de esta problemática y el filo de navaja sobre el cual se navegaba. También advertimos sobre las repercusiones internacionales de un eventual éxito de estas gestiones de paz por parte de Venezuela. Habíamos anotado acerca del peso muerto que para USA significaría un eventual éxito de estas negociaciones por la paz; sobre todo considerando que el gobierno de USA ha considerado a Colombia su "aliado necesario" en el continente sur americano para el desarrollo de sus propios intereses geopolíticos; y además, como último bastión para oponerse al peligro que para sus propósitos mayores de hegemonía política y energética representaría Chávez con un liderazgo cada vez mayor en la región. Por ello, estaba claro que definitivamente a USA no le interesaba la paz en Colombia, como tampoco a sus lacayos gobernantes de la extrema derecha, como es el caso de Uribe y otros tantos.

Así las cosas, advertimos acerca de la ambigua posición del Presidente Uribe que contrastaba con la urgencia de la situación humanitaria planteada, y más allá con la aparente intención de esas fuerzas armadas revolucionarias en alcanzar la paz definitiva. Más aún, nos atrevimos a delinear una hipótesis, que ahora viene a confirmarse, acerca de la lectura que habría hecho Chávez sobre el cuadro de opciones para solventar este delicado proceso de guerra en Colombia, y según la cual él mismo habría apostado al surgimiento de un out sider ,(ahora está claro que lo será la propia senadora liberal Piedad Córdoba), ante la inviabilidad política de las FARC, ante la desoladora presencia de la izquierda en Colombia, y ante el descarte de la opción militar.


Observamos también que analistas colombianos, habían pronosticado que Uribe iría por su tercera reelección. Y aunque Uribe lo negó, bien sabemos que esa es una decisión que lo trasciende, pues la tomarán los gringos. Colombia les es un bastión tan vital que harán uso de la aparente aceptación popular de Uribe para modificar la constitución colombiana, pues de hecho ya la modificaron sin mayor trauma para reelegirlo (a Uribe) por segunda ocasión consecutiva.
Ahora con esta nueva situación de ruptura abrupta de toda gestión de negociación con las FARC, se presentarían diversos escenarios. Es previsible, aunque no deseable, un recrudecimiento de la lucha armada rebelde, adosado con un recrudecimiento de las rebeliones populares, contrarias a la apátrida posición del gobierno de Uribe. O un aglutinamiento de las fuerzas políticas de izquierda con la aquiescencia de las FARC, pasando incluso por un eventual referendum constitucional para revocar el mandato de Uribe. Todos son escenarios eventualmente vinculantes y no necesariamente excluyentes. Todo nos lleva hacia un inminente choque de trenes. Una confrontación de mayores proprociones. Son dos visiones del mundo contrapuestas. El capitalismo neoliberal salvaje e imperialista, representado por su máximo exponente el gobierno de USA, contra un nuevo modelo de sociedad socialista y humanista de ideales bolivaristas y humanitarios, representado por los países libres y soberanos de latinoamérica, apuntalados por Venezuela.

Sin embargo, los últimos acontecimientos han hecho surgir, cual alborada con toque de diana incluido, la figura de una mujer patriota y nacionalista, de liderazgo político cierto y creciente prestigio internacional: la senadora colombiana Piedad Córdoba. Ahora es previsible que la virtual precandidata senadora Córdoba reciba el aliento y el empuje del huracán del socialismo del siglo XXI ó socialismo bolivariano. Lo cual no sería posible sin el aura de Chávez y el apoyo de la comunidad internacional, pues a los estadounidenses nada les costaría liquidar cualquier liderazgo que se desprendiera de la desmovilización y opondría cualquier excusa a través del aparato mediático, tal como lo han venido haciendo siempre. Al cobijo de la comunidad internacional, Uribe sería emplazado a conceder las más invulnerables garantías a quien habría de confrontarlo. Tal vez este esquema esté planteado así en el tablero de las FARC, que podrían jugar a una desmovilización táctica. Así las cosas, la caída del sistema de gobierno derechista de Colombia puede y habrá de tener efecto determinante en Chile, otro sistema hecho a la medida de Estados Unidos. Para luego producir la caída del gran gigante, México, quizá el más decisivo, a definirse en 2012, cuando Chávez estará nuevamente en campaña.

Ese año 2012 podrá ser visto como el gran año de la era. Comenzará a hacerse visible la caída definitiva del imperio, como lo ha pronosticado Chávez. Entonces, se empezará a consolidar la gran patria grande latinoamericana con la que soñó Bolívar. LLegó la hora de las verdaderas definiciones. La historia nos observa...

CARLOS BARRETO CABALLERO/ DIC 2007.

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