lunes, 7 de enero de 2008

LA BUROCRACIA SECUESTRÓ LA SOBERANÍA POPULAR


La burocracia secuestró la soberanía popular

En opinión del Diputado a la Asamblea Nacional, Freddy Mogollón, militante del "Movimiento Revolucionario Solidaridad", el panorama político y social del país amerita una profunda reflexión que permita realizar las críticas al Presidente de la República, Hugo Chávez.
Cree que el revés político ocurrido el 2 de Diciembre recae esencialmente en le burocracia, la cual ha venido secuestrando la soberanía popular. La dirigencia bolivariana no tiene relación orgánica con nuestro pueblo y siempre juega a impedir el protagonismo popular, estigmatizando como escuálida las criticas y las protestas populares que reclaman soluciones.
A esta situación, propia del actual estado burgués, se le une la implementación de políticas claramente antipopulares que se vienen desarrollando desde algunos ministerios, privilegiando sus políticas con ciertos sectores de la burguesía y rechazando la transferencia de poder real al poder popular. Todo ello unido a la impunidad de los casos de corrupción que han venido generando descontentos expresados en los 3 millones que votaron por Chávez en Diciembre del 2006 y que esta vez se abstuvieron, los cuales a pesar de no haber votado por él no dieron una clara señal de insatisfacción.


Profundo Debate –
Los errores que condujeron a los resultados electorales del pasado 2 de Diciembre, -destaca Mogollón – tienen que servir para que los revolucionarios promovamos un profundo debate en torno al actual desarrollo de la revolución bolivariana. No podemos asumir los traspiés sufrido en forma evasiva, echándole la culpa al imperialismo y a la oposición fascista. Ellos hicieron lo que les correspondía para defender su capitalismo. Los revolucionarios debemos abrir el debate a todos los niveles, en las comunidades, en las misiones, en las diferentes estructuras del gobierno, con los y las estudiantes, las y los campesinos, las y los trabajadores, impulsando la irreverencia en la discusión, incluyendo las criticas que haya que hacerle a nuestro máximo líder, el Presidente Chávez, de tal manera que desde el pueblo podamos develar la realidad y en consecuencia poner en marcha todo nuestro poder de movilización para transformar esa realidad y continuar avanzando en nuestros sueños emancipatorios no solo de Venezuela sino de América Latina y el Caribe. Sabiendo que existe una sumatoria de factores, vamos a hacer un análisis global de esta situación.



Igualmente algunos sectores de esa burocracia, vieron con temor la reforma, por cuanto sentían que la misma les quitaba poder. Es el caso de la Alcaldía Metropolitana, alcaldes, concejales y juntas parroquiales, que no son revolucionarios y solo aspiran a la preservación de sus espacios de poder.


En Iribarren (Lara), por ejemplo, la mayoría de los concejales y juntas parroquiales no solo no hicieron campaña, sino que por debajo de cuerda llamaron a votar No. Habría que ver si esta conducta fue avalada por su jefe político.



La Asamblea también falló.

Actuando de manera crítica la Asamblea Nacional también debe asumir su responsabilidad en cuanto a que lo que hizo fundamentalmente fue difundir la reforma, sin incorporarle las propuestas que surgieron del debate, lo cual se tradujo en que el debate no fue constituyente, conllevando a que la gente no se apropiara de la misma.



El movimiento popular también tiene responsabilidades porque no hemos sabido articularnos para acumular fuerza y movilizarnos en forma autónoma por nuestras políticas libertarias y clasistas. Por no existir esa articulación las organizaciones populares han terminado subordinándose a las instituciones, desmovilizando al movimiento popular y generando descontento al no encontrarse solución a innumerables problemas de nuestra gente.



Es urgente la activación de planes de las organizaciones populares, tendientes a lograr el rearme político e ideológico del movimiento popular que pueda conducirnos a la construcción de una nueva relación con el Estado que rompa con nuestra actual subordinación y se base en la construcción de consensos y el respeto mutuo, dijo Mogollón.


Igualmente algunos sectores de esa burocracia, vieron con temor la reforma, por cuanto sentían que la misma les quitaba poder. Es el caso de la Alcaldía Metropolitana, alcaldes, concejales y juntas parroquiales, que no son revolucionarios y solo aspiran a la preservación de sus espacios de poder.


En Iribarren (Lara), por ejemplo, la mayoría de los concejales y juntas parroquiales no solo no hicieron campaña, sino que por debajo de cuerda llamaron a votar No. Habría que ver si esta conducta fue avalada por su jefe político.
La Asamblea también falló –
Actuando de manera crítica la Asamblea Nacional también debe asumir su responsabilidad en cuanto a que lo que hizo fundamentalmente fue difundir la reforma, sin incorporarle las propuestas que surgieron del debate, lo cual se tradujo en que el debate no fue constituyente, conllevando a que la gente no se apropiara de la misma.



El movimiento popular también tiene responsabilidades porque no hemos sabido articularnos para acumular fuerza y movilizarnos en forma autónoma por nuestras políticas libertarias y clasistas.
Por no existir esa articulación las organizaciones populares han terminado subordinándose a las instituciones, desmovilizando al movimiento popular y generando descontento al no encontrarse solución a innumerables problemas de nuestra gente.
Es urgente la activación de planes de las organizaciones populares, tendientes a lograr el rearme político e ideológico del movimiento popular que pueda conducirnos a la construcción de una nueva relación con el Estado que rompa con nuestra actual subordinación y se base en la construcción de consensos y el respeto mutuo, dijo Mogollón.
Franco Vecchiettini

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