lunes, 21 de enero de 2008

LA EDUCACION ACTUAL PONE EN PELIGRO EL DESTINO DE LA HUMANIDAD?





¿La educación actual pone en peligro el destino de la humanidad?
Por Francisco Gutiérrez



1. Educación es enseñar a repensar el pensamiento y desaber lo sabido
Le preguntaron al gran poeta Antonio Machado ¿qué tipo de educación necesitamos? Respondió en forma sorprendente: “Educación es enseñar a repensar el pensamiento y desaber lo sabido”. La respuesta del poeta nos impulsa a plantearnos una pregunta mucho más radical ¿no será que con la educación que tenemos estamos poniendo en grave peligro el destino de la humanidad?
Ciertamente la educación que necesitamos desborda los estrechos límites de la educación que tenemos centrada en la lógica de la competencia y la acumulación y en la producción ilimitada de riqueza sin consideración a los límites de la naturaleza y a las verdaderas necesidades de los seres humanos. La formación de los formadores afirma Diez Hochleitner, requiere planteamientos radicalmente distintos a los seguidos hasta la fecha.





“El proceso educacional actual está descolocado y está ajeno a las expectativas y necesidades del educando de cualquier parte del planeta”. (Macrometanoia) No podemos seguir malgastando recursos en la búsqueda de una educación de calidad, promoviendo antivalores y negando lo más esencial de la naturaleza humana; la comprensión y el sentido de la vida.




Repensar la educación es plantearnos con E. Morín, una reforma paradigmática y no seguir con las desvirtuadas y permanentes reformas programáticas. Una reforma paradigmática se inscribe en los descubrimientos del nuevo paradigma científico que nos obliga a un cambio profundo en nuestra visión del mundo, al invitarnos a ver y analizar la realidad a partir de nuevas categorías de interpretación.




Este cambio paradigmático supone métodos radicalmente nuevos de enfocar la educación. No podemos solucionar los problemas actuales, con las soluciones de ayer, porque eso estaría indicando nuestra incongruencia, y tal vez, nuestra falta de ética con nosotros mismos y con los demás. Para la superación del pasado es interesante considerar que el presente, de hecho ya es pasado, y lo que percibimos como futuro, de hecho ya es presente.




“Desaber lo sabido” implica reconocer que la educación que necesitamos ira más allá de nuestros saberes y de nuestras experiencias. “Debemos abrir caminos nuevos y flexibles por los que tal vez transitemos una sola vez; nuevos y sensibles que superen los criterios y normas preestablecidas; nuevos y vivenciales abierto alo holístico y a la realidad viva” (Ecopedagogía)



En este documento queremos visualizar las posibilidades de esos caminos nuevos. El porqué, el
cómo y el para qué de ese nuevo caminar educativo.



2. Un cambio profundo de nuestra visión del mundo
Un nuevo escenario
El premio Nobel Ilya Prigogine afirmó que “estamos en un momento apasionante de la historia, tal vez en un punto decisivo de giro”, que Fritjof Capra llama “el Punto Crucial” y que se caracteriza por el surgimiento de una nueva visión de la ciencia que se resiste a encajar en el esquema newtoniano, exclusivamente mecanicista.



De alguna manera hemos pasado de un “paradigma de relojería” en donde todo estaba mecánicamente predeterminado, fijo y lineal, a uno mucho más abierto, flexible, holístico y ecológico que exige de todos una transformación fundamental de nuestros pensamientos, de nuestras percepciones y de nuestros valores.



Este pensamiento del paradigma emergente lleva consigo un cambio de mentalidad y consiguientemente una profunda modificación de la mayoría de las relaciones sociales, así como de las formas de organización. Un cambio que como asegura F. Capra va mucho más allá de las medidas superficiales de reajustes económicos y políticos tomados en consideración por los dirigentes actuales.




Joost Kuitenbrouwer sintetiza así lo que debe significar el nacimiento de este nuevo escenario: “Los descubrimientos de la teoría cuántica y de la relatividad, es decir, de la nueva física, que señala que no hay objetividad y que somos nosotros mismos, por la calidad y modo de nuestra percepción, quienes generamos y creamos la realidad tal y como ella se desenvuelve, implican una ruptura epistemológica radical con la percepción mecanicista anterior.



No podemos interpretar, entender el mundo, hablar del mundo, sin examinarnos, sin llegar a entendernos a nosotros mismos. Es esta conciencia la que nos obliga a examinar dentro de nosotros mismos las fuentes de la violencia y a descubrir estilos de vida cualitativamente distintos. Hay una creciente, independiente de posiciones políticas e ideológicas, de que existe una relación concreta existencial mutua entre nosotros, nuestras maneras de ser y la calidad del mundo en que vivimos”. (Entre el Terror y la Ternura)




La profundidad de los cambios globales que con tanta rapidez se suceden en esta primera década del siglo, la acumulación tecnológica basada en la intensidad del conocimiento; la automatización y robotización de la producción; la transnacionalización del comercio; la revolución de la informática, de la biotecnología y de las telecomunicaciones ponen de manifiesto que la historia de la humanidad ha entrado en una etapa sin precedentes y con imprevisibles repercusiones para las sociedades en el siglo XXI.




Este nuevo escenario mundial que implica la pérdida del paradigma que presidia nuestro accionar hasta el momento, significa por lo mismo un espacio enédito que requiere de nuevas respuestas en todos los órdenes, político, económico, ecológico, cultural y muy en especial en el educativo.




El futuro de la educación depende de la capacidad que tengamos de asumir el desafío frente a “los nuevos modos de ser, de sentir, de pensar, de valorar, de actuar, de rezar”, que necesariamente conllevan, según Leonardo Boff, “nuevos valores, nuevos sueños y nuevos comportamientos asumidos por un número cada vez mayor de personas y comunidades”.




El cambio de paradigma supone un modo nítidamente nuevo de enfocar antiguos problemas. No podemos solucionar los problemas actuales con las soluciones de ayer porque eso estaría indicando nuestra incongruencia y, tal vez, nuestra testarudez y nuestra falta de ética con nosotros mismos y con los demás.




Como se ha repetido muy gráficamente con McLuhan:
“Nuestra forma de pensar es lineal y secuencial. Nos comportamos como si estuviéramos mirando el futuro por un espejo retrovisor. Nos negamos a mirarlo a frente. Por inercia o rigidez nos resistimos a saltar al nuevo escenario”.




Educación radicalmente diferente
Este nuevo escenario pide una educación radicalmente diferente. Necesitamos afrontar estos desafíos desde un nuevo tipo de educación que nos viene dado por las ciencias de frontera. Paradójicamente en la actualidad son: las ciencias humanas.




En la actualidad son las ciencias humanas las que aportan la contribución más débil al estudio de la condición humana… Debemos interrogar al ser humano desde su doble naturaleza: biológica y cultural. Unos pensadores científicos han ocupado el lugar que dejó vacío una filosofía acurrucada sobre sí misma y que cesó de reflexionar sobre los conocimientos aportados por las ciencias naturales.




Por eso que la educación necesita ser repensada no solo desde “ la iluminación que les prestan las ciencias humanas, la reflexión filosófica, sino que hemos de dar un especial énfasis a las ciencias naturales renovadas y reestructuradas que son la cosmología, las ciencias de la Tierra, la ecología, la biología molecular porque son las que permiten insertar y situar la condición humana en el cosmos, en la Tierra, en la vida”. (E. Morín).




Rediseñar todo el sistema
“Una cosa que veo que algunos de nosotros vamos a tener que hacer, es tratar de diseñar estructuras nuevas, aunque la gente no esté lista para ellas. La solución no está en meterle parches y remiendos aquí y allá y esperar que el sistema educativo siga funcionando. Tenemos que rediseñar todo el sistema. Inventar todo lo nuevo que podamos y pensar sobre cómo van a ser las nuevas estructuras para que, cuando por fin se desmoronen las antiguas, estar preparados para cuando tengamos que reemplazarlas.




Parte de la dificultad que ahora enfrentamos es presenciar el derrumbe de la estructura antigua y no tener nada de nuevo para sustituirla. Estoy seguro que las nuevas estructuras van a ser ecológicas. Ese, creo, será el modelo, además en toda disciplina académica los pensadores de vanguardia son gente de sistemas.



De la ecología y de la teoría de sistemas es de donde están naciendo las nuevas estrategias. Dentro de esta dimensión recomiendo un trabajo (transdisciplinario): que trabajen artistas, politólogos, sociólogos, educadores, economistas, científicos… porque la ecología en realidad es el corazón de lo que va ser la nueva educación.



Si tú no estás abierto a ella, yo no te puedo convencer, pero quizá una buena noche te despiertes diciendo: si, si, ahora ya entiendo. (El destino indivisible de la educación).




3. Nuevas tendencias para la formación de formadores
El cambio profundo de nuestra visión actual del mundo trae consigo la necesidad de pasar de una concepción de la educación mecanicista y determinista a una visión holística y ecológica. Vivimos una encrucijada histórica que algunos consideran como una “bifurcación Catastrófica”.



Ante esta situación se nos plantea un dilema: o seguimos los viejos caminos o abrimos caminos nuevos. En el caminar por nuevos caminos, el poder proviene de la dinámica de las interacciones.
Nos encontramos en el punto de tensión máxima entre dos culturas. Como nos asegura la pensadora Antonia Nemeth Baumgartner: “Necesitamos pasar de una mentalidad mecanicista, gobernada por estructuras hechas y normativas impuestas a una dimensión de procesos autooranizados” (Macrometanoia)




De los planteamientos cartesianos y newtonianos surgió el tipo de educación que aún prevalece en nuestros días, y que como aseguramos al principio, está poniendo en grave peligro el destino de la humanidad.




Los nuevos modelos educativos que debemos crear responden a tendencias en muchos aspectos diametralmente opuestas a las tendencias de la educación actual. Basado en esta necesidad hice una matriz muy amplia que he venido utilizando en cursos y talleres y que para efectos de este documento las sintetiza en los siete siguientes:





Tendencias de la educación actual
Tendencias de la educación emergente
Los nuevos modelos educativos que debemos crear responden a tendencias en muchos aspectos diametralmente opuestas a las tendencias de la educación actual. Basado en esta necesidad hice una matriz muy amplia que he venido utilizando en cursos y talleres y que para efectos de este documento las sintetiza en los siete siguientes:

Pragmático - materialista: Promueve una instrucción racionalista, conceptual, memorístico.


Intuitivo: Promueve una educación fundamentada en el sentir, en la afectividad, es espiritual y estética.


Patriarcal - jerárquica: Consiguientemente basada en el poder, en el control, la sumisión, la coerción y la obediencia.


Matrística: relacional basada en la autoorganización, en redes, rizomas. Es dinámica, amorosa, tierna y se fundamenta en la confianza.


Fragmentada: en tiempo, espacio y planes de estudio. Busca la competitividad, la confrontación, la lucha


Holístico: integral, circular, reticular. Busca la completariedad, el diálogo, la colaboración.


Seguridad: Se fundamenta en la verdad, certezas, normas, leyes y reglamentos.


Incertidumbre: Se fundamenta en la apertura, la incertidumbre, probabilidad, imprevisiblidad, dinamicidad, por lo tanto en la búsqueda.


Estructura: Mantiene una estructura y planificación rígida, con objetivos, metas y organización. Es estática y es lineal.


Flexibilidad: La estructura está basada en una planificación blanda, procesual, modular.
Centrada en la enseñanza, en el traspaso de información, en la didáctica, en planes estudios preestablecido, que dan lugar a la organización burocrática, que fomenta actitudes pasivas, receptivas, acríticas


Está centrado en el aprendizaje, en la autoorganización de la información, en la autoconstrucción de la persona, en la pedagogía. Fundamentada en experiencias de aprendizaje, da lugar a procesos dinámicos, integrados, participativos, interactivos, interdependientes.





4. Algunas puntualizaciones

Fundamentar de la educación emergente la formación de formadores en las tendencias que acabamos de puntualizar significa, en primer lugar, promover y validar experiencias de aprendizaje concretas y visionarias.


Hacemos referencia a modo de ejemplo a aquellas en las que hemos estado involucrados durante los últimos años.
1. El sentir como eje articulador
La mediación Pedagógica que ha venido desarrollándose en muchas ambientes y centros educativos desde hace 10 años en varios países latinoamericanos hace un especial énfasis en el sentir como eje articulador del proceso educativo.
El sentir obliga a reacomodar e inventar los ejes sobre los que debe asentarse la educación. Uno de esos ejes, tal vez el más importante es la vida (Biopedagogía). La educación y la vida son dinámicos, abiertos, inciertos, imprevisibles, por lo mismo son holísticos, desestructuras, matrísticos.
Nada más consecuente y convicente que lo que ya en el siglo XIX afirmó Simón Rodríguez, el maestro de Simón Bolívar:

Lo que no se hace sentir no se entiende
y lo que no se entiende no interesa.
Sentido viene de sentir. Si queremos dar sentido a lo que hacemos el sentimiento, la intuición, la emoción, la percepción connotativa es el camino a seguir. Todo lo que la persona haga, tienen que tener sentido para ella. Cualquier actividad, cualquier tarea sin sentido lejos de educar, deseduca. El sentido no se traspasa, ni se enseña; el sentido se construye, se hace y rehace en un proceso de descubrimiento y enriquecimiento permanentes.

No son los conocimientos, los saberes, las verdades y los valores que se transmiten a través de discursos, los que dan sentido a la vida. El sentido no está ni en los planes de estudio, ni en los objetivos, ni en el traspaso de los contenidos. El sentido se entreteje de otra manera, desde las relaciones inmediatas, desde cada ser, desde los sucesivos contextos en los cuales se vive, desde los procesos, desde las relaciones significativas.


Si el sentido se hace y rehace en el hacer cotidiano, resulta claro que el sentido, dentro de la práctica educativa tiene que ser pedagógico, porque requiere de un método; y en consecuencia de estrategias y procedimientos pedagógicos. O promovemos un aprendizaje con sentido o por el contrario, imponemos un aprendizaje sin sentido. El aprendizaje con sentido forma protagonistas, seres para los cuales todos y cada uno de los conceptos significan algo para la propia vida.


En este orden de ideas ¿qué significa significar en educación? Significa ante todo dar sentido a lo que hacemos, compartir sentidos, impregnar de sentido muchas de las prácticas de la vida cotidiana y comprender el sin sentido de muchas otras.


La capacidad de dar sentido, de significar el mundo y la propia experiencia, pasa también por la capacidad de criticar los sentidos y sin sentidos ajenos. Nada más lejos de la educación, así entendida, que una obediencia ciega y un repetir lo que nada le significa a uno.


En este aspecto conviene destacar las dos trampas que sustentan los sin sentidos en la educación: la objetividad y la estaticidad.


En primer lugar no faltan quienes afirman que la dimensión intuitiva, la emoción, el sentimiento, las sensaciones y la percepción connotativa carecen de la rigurosidad científica que quiere la sólida formación humana. En nombre de la “objetividad” científica se pretende excluir del proceso educativo los inapreciables e insustituibles aportes de la subjetividad.


Esa realidad objetiva y sistematizada que conforma y alimenta la enseñanza tradicional no es la sentida y vivida por el estudiantado en este nuevo siglo. Es así como “se desconecta, en forma sistemática, el pensar del sentir, lo observado de observador, la subjetividad de la objetividad, como si fueran separables y divisibles. La verdad es que no podemos interpretar, entender el mundo sin examinarnos, sin llegar a entendernos a nosotros mismos”. (Entre el Terror y la Ternura)


Puede darse, y de hecho se da, con mucha frecuencia, que no se logra encauzar el sentido del pensar precisamente porque no educamos el sentido de sentir. El retraso emocional y el desarrollo de la sensibilidad explican ampliamente la deshumanización de nuestra sociedad. Los seres humanos de hoy, más que hacerles falta ideas y razones para vivir felices y realizados, les hace falta motivos del corazón y el sentido de la vida. Como asegura Víctor Frankl, su enfermedad esencial es la falta de sentido que les sume en el vacío existencial.


La segunda trampa es consecuente de un sistema educativo asentado en la concepción estática y mecanista de la ciencia. Una percepción mínimamente crítica del sistema educativo nos hace ver los signos clarísimos de inflexibilidad, conformismo, rutina e indeferencia.


Los objetivos preestablecidos .cognoscitivos, conductuales, axiológicos, lejos de favorecer el proceso educativo son, con frecuencia, causa de inflexibilidad, conformismo, rutina e indeferencia.


El proceso pedagógico es esencialmente recurrente precisamente porque la vida y los procesos no son lineales. Tampoco la ciencia lo es, los modelos lineales, dice F. Capra, no resultan muy útiles para describir la interdependencia de los sistemas sociales. No se puede educar deteniendo la dinámica de la vida y de los sistemas, pues eso seria desviarse de la “sabiduría integral” de que nos habla, G. Bateson.


El pensamiento de sistemas es un pensamiento de proceso y consecuentemente el pensamiento integral y dinámico es el que mejor responde a los desafíos requeridos para superar la racionalidad educativa meramente instrumental.


De esta concepción dinámica, la educación no puede ser sino un proceso de elaboración de sentidos, o dicho de otra manera, la educación tiene que ser simplemente un proceso vital en donde los y las estudiantes en forma inteligente y comprometida logran crear y recrear sentidos. En caso contrario seguirá incrementándose el porcentaje de desertores de la educación. Mediación Pedagógica


2. Sujeto-aprendiente
Aprender es una propiedad emergente de la organización de la vida, característica de todos los seres vivos. Podemos y debemos hablar aquí de la biopedagogía que con mayor prioridad que las otras biociencias, tiene como objetivo la promoción del aprendizaje en vistas a la autoorganización del conocimiento para el desarrollo del ser.


La autoorganización es el principio que explica la realidad como un devenir ininterrumpido de sucesiones, en un equilibrio que siempre debe ser alcanzado. En este sentido la atracción, el movimiento y el equilibrio dinámico, son básicos para poder comprender la autoorganización de los seres y de los sistemas.


Este principio fundamenta el paso del modelo de la física estática a la física cuántica, al explicar los procesos de los sistemas naturales y sociales como los flujos permanentes de autoorganización. Este principio en los seres vivos, para H. maturana, tiene un componente de gran interés como referente de los procesos de aprendizaje.


El proceso de vivir es un proceso de cognición. El conocer es por lo tanto uno de los elementos esenciales que hacen posible la auto-construcción de los seres vivos. Es lo que H. Maturana y F. Varela llaman “autopoiesis”. El significado etimológico clarifica el nuevo concepto: “Auto” significa “si mismo” y se refiere a la autonomía de los sistemas auto-organizadores. “Poiesis” que tiene la misma raíz griega que “poesía”, significa la creación.


Así pues, “autopoiesis significa la creación de uno mismo” (La trama de la vida)
En este orden de ideas, aprender es la propiedad emergente de todos los seres vivos en su proceso de auto-organizar la vida. La autopoiesis da lugar a estados imprevisibles como resultado de la búsqueda del equilibrio dinámico inherente a las interacciones con el medio. Aprender será en consecuencia la capacidad de recrear nuevas realidades (resultados) de las múltiples posibilidades que conlleva la búsqueda del equilibrio dinámico de los seres.


Se comprenderá que estos estados imprevisibles como resultado del aprendizaje, nos obligan a relativizar los contenidos (plan de estudios) y las metodologías de enseñanza (didácticas), por lo que el énfasis deberá ser puesto en la autoconstrucción permanente de la vida.


Esta teoría animista del aprendizaje nos invita a pasar de lo pre-establecido, de lo pre-configurado, a nuevas configuraciones porque el conocimiento no pre-existe, sino que cada uno loase en el acto de conocer (morfogénesis) y lo construye por medio de una red de interacciones neuronales extremadamente complejas y dinámicas.


En síntesis el aprendizaje significativo tiene que ver siempre con el proceso creativo del ser vivo que se autoorganiza y se auto-construye. Educación y formación de personas adultas
Cuando nos adentramos en esta novedosa explicación del aprendizaje como autoorganización y realización personal, recordamos la coincidencia con la que en 11975, dejamos escrito “como resultado de las experiencias del Lenguaje Total.


“Existe la imperiosa necesidad de repensar en profundidad el concepto de educación. La educación no es un “bien” que puede ser adquirido de por vida. Desde que el hombre y la mujer nacen, hasta que mueren, tienen obligación de ser y de ser cada vez más. En este sentido la educación es un proceso que hace del hombre y de la mujer seres en permanente actualización de sus potencialidades.


Esa formación por la que día a día el ser humano es creador, actualizador y realizador de su propio ser, gracias al aprendizaje en la interacción con su ambiente, es lo que llamamos Idiogenomatesis. Palabra que inventamos en esa oportunidad y que relacionando sus tres componentes griegos significa: “un personal-irse-haciendo-en el aprendizaje del conocimiento”.
Idiogenomátisis


3. Formadores de formadores
La ubicación del educador como asesor o mediador es fundamental para un buen desarrollo del proceso de aprendizaje. El educador debe verse a sí mismo como interlocutor del proceso y así deben sentirlo los y las estudiantes.


En un proceso centrado en el aprendizaje, la función prioritaria del asesor pedagógico es complementar, actualizar, facilitar y, en última instancia, posibilitar la mediación pedagógica. Un asesor no ejerce tutela de ninguna especie, sólo acompaña un proceso para enriquecerlo desde su experiencia y desde sus conocimientos. Todo esto resulta imposible si entre el y la estudiante y el asesor o la asesora no media una comunicación empática, condición básica de todo aprendizaje.


No cualquiera, entonces, podrá cumplir esa función. El error en el modelo tradicional ha sido el de caracterizar al tutor como aquel que sabe de un determinado tema. Pero el tener alguna dosis de información no asegura para nada la capacidad de acompañar un proceso de aprendizaje.
El aprendizaje es un juego sujeto a las reglas abiertas, a la participación y la creatividad. Todo esto supone una cuota de riesgo y de incertidumbre. Resulta mucho más fácil hacer de tutor o dar largas clases, que ser mediador del proceso.


Lo empático genera un proceso de creatividad tanto del interlocutor o interlocutora como del asesor pedagógico; a partir de esa corriente de energía se puede crear y avanzar no sólo en los requerimientos formales de un proceso de estudios sino también en la profundización temática, porque no se entiende lo que no se ha sentido.


Si el asesor pedagógico siente lo alternativo buscará cómo educar para la incertidumbre, para gozar de la vida, para significar y expresar el mundo, para convivir solidariamente y para apropiarse de la historia y de la cultura. Porque lo importante en educación es que el interlocutor logre dar sentido a lo que hace, incorpore su sentido al sentido de la cultura y del mundo, comparta y dé sentido y logre impregnar de sentido las diversas prácticas de la vida cotidiana.


Necesitamos no sólo un asesor capacitado en el juego pedagógico, sino también un asesor que conozca a fondo los contenidos a tratar y los conozca de manera actualizada. El contenido es el dato de la realidad y como tal será siempre algo vivo, rico en sugerencias y en caminos de interpretación y profundización. Nada más lejos de esa visión que la presentación de los contenidos como algo muerto, ahistórico.


Una de las tareas prioritarias del asesor pedagógico es abrir espacios de reflexión y de intercambio de experiencias y de información para facilitar la construcción de conocimientos. Su papel central aquí, es el sintonizar las propuestas del texto con el bagaje cultural de los interlocutores. Éstos no van al asesor a rendir cuentas de lo aprendido sino a encontrar orientaciones, propuestas par avanzar en su aprendizaje.


Un asesoramiento pedagógico con estas características no se improvisa. La institución tiene la responsabilidad de destinar sus mejores docentes a esta tarea, pero, sobre todo, está obligada a ofrecerles una intensa y continua formación. En el modelo tradicional el tutor es un apéndice del sistema. El asesor, por lo contrario, es el momento de síntesis de la Mediación Pedagógica, por lo que a su capacitación se añadirían siempre su aprendizaje sobre la misma práctica, su impulso creador y su compromiso con su aprendizaje alternativo. Educación y formación de personas adultas


4. De una sociedad planetaria a una sociedad “aprendiente”
“Nuestra forma de vida cambiará irrevocablemente cuado los microchips sean tan abundantes que sistemas inteligentes estén dispersos por millones en todas partes del nuestro entorno”. M .Kaku Visiones.


Comencemos diferenciando con toda claridad entre sociedad informatizada, sociedad del conocimiento y sociedad “aprendiente”. Las dos primeras están ya planamente vigentes sin que vislumbremos el camino hacia una sociedad en que los extraordinarios recursos tecnológicos y los asombrosos conocimientos sean patrimonio de todas y todos.


De las tres grandes revoluciones actuales: la informática, la genética y la cuántica, de que nos habla Michio Kaku, la revolución informática, es posiblemente la que más está incidiendo en nuestro entorno personal y profesional.


Nuestro mundo está literalmente enredado desde la significación más literal del término; la saturación de redes informáticas, materiales y virtuales que se cruzan y entrecruzan, a un mundo confuso, borroso, complicado, tramposo, en donde inmensas mayorías quedan enredadas por los efectos en las redes de globalización del mercado. Se está produciendo un nuevo ambiente que nos impide ver la realidad. Nunca en la historia la humanidad ha vivido cambio tan rápido y tan profundo.


La revolución informática es un hecho que con fuerza avasalladora nos hace vivir un entorno de dimensiones planetarias que nos obligan a crear nuevas relaciones e interacciones.




Hacia una herramienta universal

La sociedad de la información da lugar a la del conocimiento. Hemos en el nuevo milenio con un potencial impresionante de conocimientos científicos que muy breve podrá llevar a los seres humanos a “manipular” la materia, la vida y la inteligencia.


Las redes telemáticas se han ido convirtiendo en la infraestructura básica para la construcción de la sociedad del conocimiento. El poder tecnológico alcanza posibilidades increíbles. Los conocimientos humanos se han duplicado cada diez años.


En la última década se han obtenido más conocimientos científicos que en toda la historia de la humanidad. Se estima que para el año 2020 Internet accederá a la suma total de la experiencia humana en este planeta, con todos los conocimientos y toda la sabiduría colectiva de los últimos cinco mil años de la historia registrada M.Kaku


Posiblemente internet sea el testimonio mas palpable de esta saturación de conocimientos en el mundo actual. Esta realidad totalmente concordante con las nuevas tecnologías de información y comunicación choca con un sistema educativo que se creó y se desarrolló para vivir en la sociedad industrial.


La emergente sociedad del conocimiento requiere un sistema educativo que posibilite dotar a sus miembros de las habilidades, capacidades y conocimientos imprescindibles para vivir y trabajar en la compleja sociedad contemporánea. Si la información nos ha obligado en muy poco tiempo a “comportamientos” tan diferentes ¿por qué a nivel de aula (enseñanza) seguimos ignorando esa asombrosa realidad?



¿Cómo es posible que ya en 1996 se podría acceder a unas 70 millones de páginas en internet, sigamos “informando” a nuestros estudiantes casi como docentes gutengberianos? ¿Cómo es posible que no esté influyente en nuestra actividad de docentes el hecho de que en pocos años se podrá acceder por internet a la suma total de experiencia humana en nuestro planeta, el conocimiento y la sabiduría colectiva de los últimos cinco mil años de historia registrada.



La Unión Europea especialmente en la segunda mitad de la década de los 90, a través de estudios y documentos oficiales ha subrayado la necesidad implementar propuestas sociopedgógicas tendientes a cerrar la brecha entre los privilegiados y los excluidos del sistema escolar. Pareciera de toda lógica que la sociedad del conocimiento pleno, gracias a los extraordinarios recursos tecnológicos. Pero no es así. Lo apuntamos al iniciar este apartado y quisiéramos puntualizarlo más.



Precisamente en algunos documentos de la Unión Europea no se establece claramente la diferencia. Es evidente que la sociedad informática no es equivalente a la sociedad del conocimiento aún cuando sean interdependientes.


Al utilizar la expresión “sociedad aprendiente” directamente conectada a las expresiones anteriores se puede incurrir en el peligro, que muchos ya han denunciado y, al que nos referiremos enseguida, “La propuesta de una sociedad aprendiente, una sociedad que aprende, -enfáticamente asumida por varios documentos de la Unión Europea- parece aportar todo adecuación y calidad de empleo como la vía para la superación”



Caer en esta trampa es peligroso. Una vez mas estaríamos desvirtuando la concepción misma de la educación al equiparla con la capacitación para el empleo cayendo así en la lógica del mercado desconociendo las necesidades mas profundas del ser humano. Vale la pena traer a colación las reflexiones que H. Assmann aporta en su libro “Placer y Ternura de la educación”. “Sería absurdo negar la relevancia de la educación para conseguir trabajo en el mundo actual. No se trata de cuestionar si la educación es una condición imprescindible para trabajar.


Por lo tanto, tampoco se trata de cuestionar la urgencia de nuevos escenarios y nuevas formas pedagógicas para hacer que surjan experiencias de aprendizaje donde estén integradas las nuevas tecnologías, no como meros instrumentos sino como elementos coestructurantes. Lo que hay que cuestionar es si esta condición necesaria es suficiente para la empleabilidad dentro de la lógica del mercado, tal como existe y opera actualmente ya que son perfectamente imaginables otras formas de coexistencia entre mecanismo de mercado y políticas sociales públicas.



La ecuación educación –calidad de empleo- superación de la exclusión de hecho simplista, se vuelve claramente ideológica cuando no viene para garantizar que la dinámica del mercado obedezca a prioridades sociales”. Educación planetario






EPILOGO – PROVOCACION
Quisiera que este compendio final fuera ante todo un desafío, un reto, una provocación. Precisamente en este hacer caminos nuevos son necesarios dos condiciones básicas que sintetiza en dos actitudes proveedores: ruptura y apertura. Ambas van de la mano y requieren decisión y coraje; coinspiración y subversión; visión y liderazgo de servicio “



La solución como muy acertadamente asegura Manfred Max Neef, está en “ser herejes con capacidad de querer y hacer cariño, y además, añadimos nosotros en soñar una nueva educación, porque como asegura Max Neef. “Cada quien merece lo que sueña”. Debemos ser constructores de sueños, asociados al viento. (Disoñadores del futuro).




Por eso recogemos es este epílogo los 10 principios del sueño de “La Alianza Global para Transformar la Educación” conocida tambien como “Educación 2000” por Philip Snow Gang.



El propósito fundamental de la educación es el desarrollo humano.
Cada individuo es inherentemente creativo.
El aprendizaje es un compromiso activo multisensorial entre la persona y el mundo.
La educación holística celebra todo el rango de los potenciales y múltiples formas de conocer del ser humano.
El nuevo papel de los educadores incluye la facilitación del aprendizaje que es un proceso orgánico y natural.
La educación genuina sólo puede llevarse a cabo en un atmósfera de libertad.
El educar para una democracia participativa.
El educar para una ciudadanía global
Necesitan un planeta sano en donde puedan aprender y crecer.




La espiritualidad es una conexión profunda con sí mismo y con los demás, una sensación de significado y propósito en la vida cotidiana.
Educación holista y transformación humana



Referencias bibliográficas
-Macrometanoia: Una nueva civilización. Antonia Memeth Baumgartner
-Ecopedagogía y ciudadanía planetaria: Francisco Gutiérrez y Cruz Prado, Ilpec.
Heredia, Costa Rica-2000.
-Documentos CONESUP: Solicitud de Autoorganización de Carrera a CONCO del
doctorado en Educación Universidad Curas de La Salle Costa Rica,2003
-Mediación Pedagógica: Francisco Gutiérrez Pérez y Daniel Prieto Castillo.
-Educación Prodessa. Guatemala 10 edición 2004.
-Educación y formación de personas Adultas. Francisco Gutiérrez. Cuadernos –
Pedagógicos Nª 9 Ministerio de educación Guatemala, 2001
-Idiogemomatesis en el lenguaje total: Praxis del método. Francisco Gutiérrez. Ilpec,
Costa Rica 1975.
-Educación Planetaria. Policopia. Francisco Gutiérrez-2002
-El destino Invisible de la educación. Varios copilado Ramón Gallegos Nave, Fund.
Inf. Nuevos Paradigmas, Guadalajara. México. 1997.
-Epitafío a la modernidad. Hernán Dinamarca Universidad Bolivariana, Santiago
Chile. 2004
-Educar en la era planetaria. Edgar Morín, Emilio Roger Curana, Raúl D. Molta
Gedisa. Barcelona. 2003



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