jueves, 29 de mayo de 2008

UNA MIRADA AL PASADO ( Aporte de Andrés De Chene)



UNA MIRADA AL PASADO

MAS DEL 40% de la población venezolana no conoció la Cuarta República. No sabe de sus miserias y aberraciones. Ahora que el veterano Servando García Ponce inició en VEA una discusión sobre la política comunicacional, yo voy a permitirme agregar un elemento. Sería útil mostrar cuál era la situación del país bajo los gobiernos de la vieja política. Por ejemplo, en relación a la desnutrición, a la salud, a la educación, a los superbeneficios de los grupos financieros.



En 1975, un informe del Consejo Nacional de Fedeagro, publicado en El Nacional del 17 de noviembre de 1975, denunció que “los elementos poderosos de la economía urbana domina la parte medular del proceso productivo nacional” y agregaba “la industrialización de nuestros productos , la comercialización de los mismos y el manejo de los insumos están controlados por pequeños grupos privilegiados”.



En ese mismo año, 1975, según el Banco Central, los empresarios obtenían el 73,15 por ciento del Ingreso Nacional, lo que mostraba el auge del acaparamiento de la riqueza por una minoría a través de ganancias, dividendos, amortizaciones, reservas de capital, etc, en detrimento de la participación de los trabajadores y artesanos. Diez años después, en 1985, la apropiación del Ingreso Nacional por parte del capital llegó al 82%.




DESNUTRICION CRONICA
DRAMATICA fue la declaración dadas al periodista Juan Manuel Poleo por el Dr. Pablo López, pediatra, médico residente del Hospital “Francisco Troconis” de Zaraza, publicadas en El Nacional el 6 de mayo de 1976: “Aquí hay desnutrición. Desnutrición crónica por hambre.



Hay niños que no conocen el pan. El 40% de las camas del hospital son ocupadas por niños desnutridos. En los últimos años las cifras de enfermedades nutricionales, desnutrición crónica, se han elevado notablemente. Y nos hemos encontrado con casos graves.



Hay niños que no saben comer porque no conocen la comida.” La prensa de Caracas, cuatro años después, en 1980, publicaba declaraciones de los médicos del Hospital de Niños de Caracas (San Bernardino) en las cuales informaban que el 70% de las consultas estaban relacionadas con padecimientos provocados por la desnutrición.



Mientras en Punto Fijo, la encuestas revelaban que el 68% de los niños padecían deformaciones en la columna debido a subalimentación.




EDUCACION Y SALUD
LA SITUACION de la salud no podía ser peor durante los gobiernos de AD y Copei. En la Cuarta República el 42% de la población no tenía acceso a la instrucción primaria y había más de dos millones de analfabetas.




De cada 100 graduados en la educación superior apenas uno era hijo de obreros. El 50 % de los alumnos de primaria no terminaban sus estudios, En secundaria abandonaban el 40% y en la educación superior el 70%.



Todos datos oficiales publicados en el “Mapa de la Pobreza”, editado por Cordiplán. En cuanto a la salud, sería suficiente citar al Dr. Arnoldo Gabaldón, quien al inaugurar el IV Congreso de la Salud, denunció que el país confrontaba una situación “de degradación de la salud”. Ante el Congreso Nacional, el Contralor General de la República Dr. Abraham Murzi afirmó, en 1976, que la salud estaba “en crisis”.




El Consejo Nacional de la Salud, organismo oficial, informaba, según El Nacional del 29 de abril de 1976, que sobre una población de 13 millones de habitantes, había dos millones de enfermos de mal de chagas y 300.000 enfermos mentales mientras el 95% sufría de problemas de índole dental y el paludismo tenía una recurrencia alarmante.


Durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pèrez, a pesar del torrente de recursos fiscales por el aumento del precio del barril de petróleo, sólo se disponía de 3.597 camas hospitalarias.



El Dr. Elías Anzola Pérez, epidemiólogo en el Estado Zulia, señaló en 1976, que de cada mil niños en la Goajira 700 se enfermaban de gastroenteritis. El periodista de El Nacional, Eduardo Delpretty, cuando visita el Hospital Periférico de Catia escribe: “ el piso de la sala donde 30 madres con sus hijos a cuestas esperan su turno, tiene una gruesa capa de polvo. Igual las paredes.


El ambiente es oscuro y gris. Varios pequeños yacen en las cunas, apenas con un trapo haciendo de pañal que los cubre. Se respira un aire lúgubre. En el techo se nota la mancha negra de una filtración. Las lozas de la pared se caen solas…”

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