jueves, 15 de mayo de 2008

SECESIÓN, PROYECTO POLÍTICO Ó UTOPÍA HISTÓRICA


SECESION ZULIANA:

PROYECTO POLÍTICO O UTOPÍA HISTÓRICA.


Recientemente han renacido advertencias sobre los planes secesionistas que diferentes sectores de la oposición pretenderían sobre el territorio zuliano en el país. A tal efecto, se esparcen proyectos de modificación constitucional, de dudosa autoría y claro propósito, con el fin de promover la escisión de esta zona del territorio nacional, mediante un plebiscito.




Todo pareciera indicar una escalada más dentro de esta interminable guerra contra el país, que adelanta el Imperio del norte, y sus factores regionales (gobierno de Colombia, el principal), y nuestros lacayos nacionales, (medios de comunicación y partidos políticos de oposición). Por cierto, el ejemplo boliviano de los secesionistas "media luna", les viene como anillo al dedo y coartada perfecta.




En relación con el renacimiento de esta tendencia que parece tener como base la riqueza petrolera de Zulia, el intelectual Luis Britto García recuerda que el secesionismo zuliano no es exageración sino "plan constante de las oligarquías que sueñan con engrandecerse empequeñeciendo su Patria".




Según esta valoración, Washington lograría así el control de los recursos petroleros del lago Maracaibo y podría establecer una base importante del Plan Colombia, a costa de un país cuyo gobierno, en forma evidente y desvergonzada, vive una terrible crisis institucional, política y moral; ante la mirada impávida de sus conciudadanos, el imperio del narcotráfico y una guerra de guerrillas que dura más de sesenta años.




Sin embargo, aún sin el petróleo entonces, la Secesión del Zulia es una serie de eventos históricos, teniendo siempre presente el elemento político y económico, y cuyo inicio empezó en aquellos años de 1777 y prácticamente perdura hasta hoy.




SECESION, PROYECTO POLÍTICO

En su reciente libro, "La Paz con Colombia", el escritor analiza de manera minuciosa los antecedentes y las consecuencias del conflicto interno en la hermana nación. Adicionalmente, reflexiona sobre los elementos de perturbación que han caracterizado las relaciones históricas entre Colombia y Venezuela, así como en la necesidad de una solución pacífica a este conflicto. Asegura que en 50 años el Estado colombiano no ha podido exterminar a los rebeldes y que ha llegado la hora de otorgarles una representación política por la vía de un proceso humanitario.



Es de recordar, escribe el autor, que la guerra en ese país, si bien ha generado una gran cantidad de desplazados hacia Venezuela -en su mayoría de gente trabajadora y honesta- también ha producido un hecho siniestro que es el paramilitarismo, organizado y patrocinado por grupos de la oligarquía y del gobierno colombiano.




Informa el analista que según un informe de Amnistía Internacional, los paramilitares han ejecutado más de 30 mil desapariciones, y serían culpables del 80 por ciento de los 400 mil delitos que se han registrado desde el año 2005 hasta el año pasado. Rememora el autor de "La Paz con Colombia" que el gobierno de Uribe le confirió a estos grupos una ley de cuasi-amnistía, con leves penas y concediéndoles indemnizaciones.



Debido a estas acciones, los paramilitares se han desplazado a Venezuela para dedicarse a actividades delincuenciales como, por ejemplo, el cobro de vacuna y la instalación de 'alcabalas', impidiendo el libre tránsito de ciudadanos venezolanos.




Continúa, "En los últimos años, han ido suplantando al hampa criolla mediante secuestro de personas, operaciones de narcotráfico, juego ilegal y préstamos usurarios. De esta actividad, han sido víctimas los buhoneros, al recibir este tipo de financiamiento.




Además, en el interior de nuestro país hay asociaciones de taxistas que están dominados por los paramilitares". Pero hay algo más grave: estos grupos paramilitares conservan sus vínculos y su ideología política. Como se sitúan en sectores populares, en caso de una movilización popular como la del 11 de abril de 2002, pudieran llegar a impedirla mediante la violencia con armas en los barrios y urbanizaciones del país.



Por otro lado, son la quinta columna perfecta para una invasión, porque conocen las áreas vulnerables de nuestra economía y población.




POLÍTICA, DINERO Y PODER

Hoy por hoy, está suficientemente demostrado que la política internacional de Colombia obedece a las directrices de Washington, cuyo gobierno ha invertido mediante una serie de planes –Colombia, Patriota, Victoria- más de 7 mil millones de dólares para la compra de armamento sofisticado y en el pago de un millar de asesores militares.



Por esta razón, se han producido una serie de acusaciones que van en la dirección de calificar a Venezuela como un Estado narcotraficante. Pero resulta que en el mundo se producen 910 toneladas métricas de cocaína al año, de las cuales 640 son producidas en Colombia.



Según declaraciones de los propios funcionarios de los Estados Unidos -de la DEA- 75 por ciento entra por el canal estratégico de México, a través del corredor del Puebla-Panamá. Nos preguntamos, cómo Uribe se atreve a decir que hay tráfico de estupefacientes en Venezuela cuando todo el pedestal de su gobierno está constituido sobre este negocio (?)..



Ahora este país, aún a pesar del subsidio belicista de USA a este país, Colombia está asumiendo una actitud belicista que no podrá sostener desde el punto de vista económico, luego de ascender su gasto militar al 6.6% del PIB, uno de los índices más altos de los países del mundo. Por otra parte, Bush está intentando forzar la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) ante el congreso de su país.




Pero el propio senado de los Estados Unidos no ha querido aprobar el TLC con Colombia porque ha calificado de terrorista al gobierno colombiano. Aún así, el mismo Bush seguirá presionando para obtener a favor de Colombia una especie de recompensa por la agresión en contra de Ecuador.


Más aún, el ejército colombiano ha sido convertido en una especie de policía anti-droga al servicio de los EEUU. Cómo se intentó en varias oportunidades afiliarla a unas "fuerzas armadas interamericanas de intervención".



Y , concluye el autor, "lo que intento demostrar es que sólo a los Estados Unidos le interesaría destruir a ambos países para quedarse con lo mejor de éstos: el petróleo venezolano y el narcotráfico colombiano, negocios que no puede funcionar sin la protección de esa gran potencia". La historia nos observa,..

CARLOS BARRETO CABALLERO/
carlosbarretoc@gmail.com/ www.carlosbarretocaballero_porunnuevopais.blogspot.com/




EL TRASFONDO DEL PROBLEMA

La raíz de este problema es que EEUU necesita robarse los hidrocarburos de la industria petrolera venezolana. Porque ya se sobrepasó eso que llaman 'la cúspide de la producción y de las reservas del mundo'.



De ahora en adelante, se habla de reservas y producción declinantes. Hay muchos pronósticos en cuanto a su duración. Hay gente que dice que quedan 50 años. Otros menos optimistas, aducen que las crisis energéticas advendrán el colapso a esta civilización mucho antes.



Vamos hacia un mundo sin petróleo. EEUU ha definido su accionar -durante sus dos siglos de existencia- en base a una política de saqueo a los demás países. La avidez de USA por robarnos el petróleo es algo constante como parte de su política internacional.



Tiene que haber una solución pacífica porque en 60 años el Estado colombiano no ha podido exterminar a los rebeldes y éstos tampoco han podido tomar el poder. Debe haber una manera de otorgarles una representación política por vía pacífica sin asesinar a los "insurgentes pacíficos"

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