jueves, 5 de junio de 2008

ACCION POLÍTICA CON LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS DE COMUNICACIÓN


ACCION POLÍTICA CON LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS DE COMUNICACION


A partir de la telefonia celular e Internet, se estan generando nuevas formas de accion politica. Todo comenzo en Seattle (1999), pero por estos dias ya se reiteraran “movilizaciones en red” en cualquier parte del mundo. En Kuwait, hubo una “revolucion virtual” que termino con el cierre del Parlamento. En España, otra provoco la caida de un gobierno. Y aqui nomas -casi sin darse cuenta-, los jovenes chilenos exhibieron su capacidad para cambiar la historia. Al decir de un protagonista del inesperado “mayo chileno”: “el arma es la Red y alli los politicos vejetes no cachan lo que pasa”. ¿Se viene el tiempo de las reivindicaciones con matriz digital?


Encerrados en los lobbies de los hoteles y llegando tarde a una ceremonia de inauguracion
que nunca acontecio, los funcionarios que asistian a la cumbre de la Organizacion Mundial de Comercio (OMC), vieron pasar tras los ventanales de los hoteles un raro carnaval de campesinos, indigenas, estudiantes, ecologistas, hippies envejecidos, ambientalistas, rabinos, ligas de consumidores, pastores, sacerdotes, anarquistas, pescadores, gays, defensores de los animales y academicos. Todos reunidos para expresar lo que consideraban como un mundo en exceso desigual. (…) Estuvieron, los Sin Tierra de Brasil y los de Sri Lanka, junto a estudiantes australianos y trabajadores italianos. Mineros andinos y campesinos japoneses, deseosos de cultivar el arroz a la vieja usanza. Punks y hippies del bracete, al lado del profesor Swamy, que habia estado en la carcel por volar los basureros contaminantes del Kentucky Fried Chicken, en Bangalore, India”.



Asi describio la periodista Olga Viglieca -en un articulo publicado en mayo de 2000- a la primera gran movilizacion politica “en red” de la historia. Pero, ¿que partido, gobierno,
ONG o corporacion pudo motorizar una protesta internacional de semejante alcance? Ninguno. En todo caso, manifestaban su oposicion a un orden global que –en todo o en alguno de sus aspectos- los marginaba. Fue una movilizacion sin liderazgos fuertes, con un enorme trabajo previo de articulacion, pero permitio que todos se dieran cita en un mismo lugar y momento: Seattle, Estados Unidos, 1999.




El sociologo español Manuel Castells sostiene en su trabajo La Era de la Informacion que “por primera vez en la historia, la mente humana es una fuerza productiva directa y no solo
un elemento decisivo del sistema de produccion”. ¿Que significa esto? Que al convertirse el lenguaje de red en una interfaz tecnologica comun, se logro extender el uso de los nuevos medios y aplicaciones a todas las actividades humanas. No solo a las cientificas, tecnicas y productivas, sino tambien a las recreativas y culturales. Y, claro, tambien a la politica. En otras palabras, tambien se gesto las bases de una politica “en red”.




Pablo Baumann, investigador de la Universidad Nacional de Quilmes, sostiene en su trabajo
Estado, politica e Internet que las barreras entre el espacio real y virtual no son infranqueables. “Son mas bien como grandes mallas de alambrados, en las cuales se pueden hacer numerosos agujeros”. De eso se trata, de los nuevos caminos entre la comunicacion y la accion para cambiar la realidad de las sociedades.



Aqui nomas. Estos caminos se estan delineando sobre la base de organizaciones horizontales y provienen de contextos territoriales muy marcados, pero por su matriz digital se extienden con facilidad hacia otros territorios (reales o virtuales). Aun mas, se puede hacer desde un “boca a boca” contingente e individual en medio de una situacion critica, como ocurrio en España tras los atentados de Atocha.



Poco tiempo atras, la movilizacion de un millon de estudiantes secundarios conmovio a toda la sociedad chilena y sorprendio a Michelle Bachelet y a toda la dirigencia politica trasandina. Esos jovenes de 16 y 17 años, que difundieron sus ideas, que se vincularon entre si y que coordinaron sus actividades a traves de la telefonia celular e Internet, lograron convocar y movilizar a un verdadero movimiento de masas. Resulto un fenomeno nuevo. Algo cuya magnitud e impacto hubiera hecho suspirar a mas de un setentista vernaculo.



Con un protagonismo descentralizado y espontaneo, sin la referencia de liderazgos evidentes ni el apoyo de estructuras politicas preexistentes, el movimiento estudiantil logro en pocos dias instalar la cuestion educativa en el centro de la agenda politica de Chile. A tal punto, que algunos analistas comenzaron a llamar a esta irrupcion de jovenes en la vida publica como el “mayo chileno”, asemejandolo a aquel mayo de 1968 en el que los estudiantes de Paris se movilizaron masivamente.



Entonces, criticaban la incapacidad del sistema universitario para dar salida al mundo laboral a un numero cada vez mas elevado de egresados. La movilizacion francesa se extendio a los trabajadores y desemboco en una huelga general que paralizo a 9 millones de trabajadores franceses durante mas de un mes. Pero esa demanda se baso en cohesiones ideologicas muy fuertes y en liderazgos militantes muy notorios. Se podria decir que fue una movilizacion de estructuras y organizaciones “verticales”. Y nada de eso parece formar parte de las nuevas imagenes que comenzamos a observar.



El gobierno de la Presidenta Bachelet debio pagar con un significativo costo politico por la sorpresiva irrupcion callejera de adolescentes decididos. Y al cabo de dias de enfrentamientos, reconocio la necesidad de trabajar para que toda esta mistica, con todas estas energias que se han demostrado estos dias denunciando problemas, tambien podamos volcarlas en debatir propuestas para solucionar estos problemas.



Si es cierta la frase que afirma que lo que mas se desea es lo que no se tiene, esta declaracion de Bachelet serviria para sacar dos conclusiones referidas lo que podria llamarse una dirigencia politica “clasica”.



Una es su incapacidad para contener y liderar las aspiraciones de las nuevas generaciones, un fenomeno que suele repetirse con demasiada frecuencia. La otra, su incapacidad para comprender las formas de organizacion que el uso de las nuevas tecnologias –con las que los jovenes han crecido y asomado a la lucha social- ha puesto a su disposicion.

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