lunes, 14 de abril de 2008

VENEZUELA, ECONOMÍA Y CEMENTO


La Nacionalizaciòn del cemento:
VENEZUELA, ECONOMÍA Y CEMENTO
Por Un Nuevo País: "Es preciso que el gobierno se identifique, por decirlo así, al carácter de las circunstancias, de los tiempos y de los hombres que lo rodean. Si estos son prósperos y serenos, él debe ser dulce y protector; pero si son calamitosos y turbulentos, él (gobierno) debe mostrarse terrible y armarse de una firmeza igual a los peligros". (Simón Bolívar)




En días pasados, el ciudadano Jefe del estado venezolano, en pleno ejercicio de sus facultades como primer mandatario nacional, y ajustándose a lo que las leyes de la República prevén al respecto, anunció la inminente nacionalización de la industria del cemento en el país. Lo hizo aduciendo razones estratégicas de política de estado, y en defensa del desarrollo de la infraestructura de servicios públicos y de viviendas nacional.




Parece que ardió Troya. Propios y extraños salieron a protestar la medida, pero sobre todo personeros del gobierno mexicano, en evidente y grosera manifestación de irrespeto a la soberanía de los estados, acción por demás recordativa de ser éste un gobierno ilegítimo de origen y a merced de los intereses de sus transnacionales.




De otra parte, hubo claras manifestaciones de apoyo nacional en pro de una medida de esta naturaleza, tanto por parte de la clase obrera de estas empresas; como sobre todo, por la industria de la construcción, privada e independiente, en sus niveles intermedios; quienes ven con buen augurio que tiendan a acabarse los monopolios u oligopolios que han imperado en esta industria por mas de tres cuartos de siglo en el país.




Ciertamente hay razones de peso para considerar la validez y legitimidad de una medida de esta naturaleza y envergadura. Tanto en sus aspectos políticos, como económicos y sociales. Tanto por las razones de estado aducidas, como cuanto por la evidente política de desinversión y desnacionalización de sus productos, lo cual se había venido manifestando en los años que cursan la presente década, por vía de la preferencia en la exportación de los mismos, en detrimento del mercado nacional; como por la repatriación de sus capitales, por vía de la desinversión de sus ganancias, en detrimento de la provisión (en cantidad y calidad) al mercado nacional.





INTERESES ECONÓMICOS EN PUGNA:
El Presidente Chávez fue claro y enfático, cuando afirmó: " las empresas transnacionales mantienen el monopolio, inflan artificialmente los precios y exportan cemento cuando nos hace falta aquí a nosotros para la construcción de escuelas y viviendas".




Paralelamente el Presidente de la mexicana Cemex, destacaba que Venezuela representaba el 30% de las operaciones de su compañía en la región de negocios del área andina, (Suramérica y el Caribe), después de Colombia, que representa el 33%. E igualmente reportó que sus representadas controlaban el 52 por ciento de la producción total de cemento en Venezuela, y sus principales demandantes de productos "continúan siendo los sectores de infraestructura pública y residencial".




Desde sus inicios Cemex ha sido siempre una empresa privada en Venezuela, después de que en 1994 adquiriera su negocio de cemento al Grupo Mendoza. Una nacionalización supondría un duro golpe para Cemex, el mayor fabricante de cemento, agregados (arena y grava) y hormigón de Venezuela, ya que posee en nuestro país tres plantas con una capacidad de producción de 4,6 millones de toneladas métricas de cemento al año y da trabajo a unas 3.000 personas.



De esa producción, una cantidad mas o menos mayoritaria, pero en declive en los últimos años, se vende en el mercado venezolano y el resto, cada vez mayor, se exporta principalmente a Centroamérica y Estados Unidos. También es propietaria de 32 plantas de hormigón, siete canteras, doce centros de distribución terrestres y cuatro terminales marítimas.



Las otras dos cementeras afectadas por la decisión de Chávez son la suiza Holcim, con dos plantas en Venezuela y una producción de tres millones de toneladas de cemento por año (25% del mercado); y la francesa Lafarge, la número tres del país, con una capacidad de producción de 1,6 millones de toneladas (17%), según datos de las propias compañías.




CEMENTO Y POLÍTICA:
Definitivamente la Vivienda ha sido uno de los Talones de Aquiles de este Gobierno. No se han cumplido las metas previstas. No ha habido, ni aún, una Política Habitacional clara y definida, sobre todo en los primeros cinco ó seis años de esta Administración. No se ha delineado aún una clara estrategia y política de estado tendiente a minimizar este inaceptable déficit habitacional en el país. El Gobierno ha sido altamente desatinado e ineficiente en la inversión de los recursos técnicos, logísticos y sobre todo financieros por parte del estado venezolano en el área de viviendas. Hemos de convenir que definitivamente los esfuerzos invertidos han sido más que proporcional a los resultados obtenidos en estos casi 10 años de gobierno revolucionario.




Sin embargo, a pesar del desatino oficial, no es menos cierto que desde hace ya casi cuatro años continuos, ante el innegable repunte de la construcción, sobre todo por el motor de la inversión pública, seguida con cierto rezago por la inversión privada en viviendas, vienen escaseando cada vez más los insumos y materias primas para la construcción. Absolutamente necesarios para el buen desenvolvimiento de los programas de inversión pública en infraestructura, tanto como los programas de viviendas, de común desarrollo por los sectores público y privados.



El cemento, materia prima fundamental, de total extracción y producción nacional, cada día ha venido siendo más escaso para los nacionales, y más costoso su precio de mercado, a pesar de su precio regulado, lo cual no se ha estado respetando. Sus costes de producción son mínimos, tanto los operativos, como los de extracción y refinación de la materia prima. Materia prima totalmente nacional y de una excelente calidad, mundialmente reconocida.



De acuerdo con cifras oficiales, Venezuela tiene un déficit de aproximadamente casi 2 .0 millones de unidades habitacionales. Un déficit acumulable aproximado al 10% interanual de esa misma cifra. A comienzos del año pasado, Chávez dijo que planeaba edificar 150.000 viviendas pero luego las autoridades redujeron la meta a 120.000 casas. Es decir, ni tan siquiera para cubrir el déficit acumulable. Ni hablar del Déficit Acumulado. Los resultados este año 2008 aunque mejores, tampoco serán suficientes.



Los adversarios de Chávez consideran que Venezuela, dada la abundancia de petrodólares, pudo hacer más. Aducen como referente unas 342.000 casas que fueron construidas bajo la presidencia de Rafael Caldera (1994-1999), cuando los precios del petróleo estaban en sus niveles históricos más bajos.



Sin embargo, en los casi 10 años del gobierno de Chávez, en varios de los que el precio del petróleo ha repuntado, habrían sido construidas apenas unas 350.000 viviendas, de acuerdo con cifras oficiales. Unos resultados bastante exiguos y muy pocos representativos de un gobierno supuestamente revolucionario, que otorga a la vivienda un sitial de política de estado, y que ha sido extremadamente holgado de recursos financieros y con el más amplio apoyo popular y político, por durante mayor tiempo, nunca antes visto en la historia contemporánea. La historia nos observa,….
CARLOS BARRETO CABALLERO
/carlosbarretocmail.com/ www.carlosbarretocaballero_porunnuevopais.blogspot.com/

No hay comentarios: