viernes, 17 de octubre de 2008

HACIA UN NUEVO ORDEN GEOESTRATÉGICO TERRITORIAL (II)



LEY ORGÁNICA PARA LA ORDENACIÓN Y GESTIÓN DEL TERRITORIO


HACIA UN NUEVO ORDEN ESTRATÉGICO TERRITORIAL (II)


Por Carlos Barreto Caballero


En días pasados escribimos acerca de la reciente aprobación (en primera Discusión de la Asamblea Nacional) del proyecto de Ley Orgánica para la Ordenación y Gestión del Territorio. Anotamos algunos de sus alcances, naturaleza y críticas u observaciones hechas por propios y contrarios.


Allí señalamos que con dicho instrumento legal se pretendía regular y optimizar el aprovechamiento de los recursos del estado y su conservación como patrimonio social. Propendiendo así a una mayor definición, correlación de las macro políticas públicas gobierno central, y su interacción regional en consonancia con los objetivos estratégicos del estado. Señalamos también, que la misma permitirá la localización y distribución del desarrollo como estrategia de integración territorial en la búsqueda de un espacio geográfico socialista.


Todo esto, señalamos, supondría un proceso de acomodamiento progresivo en los planes y políticas públicas del estado central, que coadyuvará a la incorporación de elementos estratégicos que den forma y estructura a esta nueva visión de país, al nuevo “Estado Socialista.
Hoy abundaremos un poco, analizando el alcance que la misma tendrá en el nuevo mapa político del país, de cara a las próximas elecciones de Gobernadores y Alcaldes, además de los integrantes a los Consejos Legislativos estadales.). Como antes dijimos, la gran mayoría de las críticas, observaciones u objeciones, llevan implícito el sesgo de una ignara dualidad,(blanco ó negro, buenas ó malas).


Realmente esta nueva ley orgánica podría constituirse en un extraordinario instrumento de gestión pública, que según su adecuada aplicación vendría a significar un importantísimo instrumento de políticas públicas para la consolidación de una estructura estratégico territorial cónsona con el propuesto estado socialista venezolano. Veamos.



El verdadero Conflicto.
No es poca cosa lo que realmente aquí está en juego. Es la confrontación de dos visiones del país y del mundo. Visiones distintas y contrapuestas. Aparentemente irreconciliables y sin fórmula intermedia.


Unos dirían la fórmula del Capitalismo Neoliberal Salvaje Vs el centralismo socialista, con un estado central poderoso e interventor, (la propuesta actualmente planteada por el gobierno nacional). El centralismo, revolucionario ó autocrático, Vs La descentralización, globalizante y anárquica, (fórmula del FMI y Banco Mundial, con los desastrosos resultados archiconocidos en perjuicio de los pueblos excluidos y oprimidos del mundo).



La verdad, es que ambas posiciones son extremistas a ultranza, ambas han resultado fallidas. Hoy es difícil asumir cualquiera de ellas en su totalidad, a pie juntillas, salvo que la hecatombe económica mundial que se avecina así lo dicte.



El devenir de este conflicto,..
(La urbanización descapitalizada y geográficamente concentrada: correlato espacial del centralismo). El restrictivo modelo de desarrollo adoptado en América Latina y conocido como modelo de industrialización por sustitución de importaciones y protección del mercado interno, encontró en el centralismo y sus inherentes distorsiones estructurales un campo propicio para la generación de un espacio con profundos problemas a enfrentar mediante la ordenación del territorio: la urbanización descapitalizada y geográficamente concentrada.



Al estar constreñida al mercado interno cautivo y mediante la imposición de un bolívar sobrevaluado, tarifas, subsidios y controles de precios y de importaciones, la industrialización no fue capaz de evolucionar a plenitud en todas sus fases y con miras a la exportación, y se difundió selectivamente provocando áreas de alta concentración urbana e industrial, en perjuicio de un desarrollo integral más sostenido.



Así, la urbanización, cuya inusitada vertiginosidad habría de tipificar a toda América Latina, antes que sinónima de desarrollo y progreso, apareció como una consecuencia de las carencias creadas por tal modelo desarrollista. Las violentas migraciones de desposeídos expulsados de campos y poblados de la provincia, no pudieron ser asimiladas ni por el disminuido aparato productivo, ni por la ensanchada pero insuficiente burocracia oficial.


Las más importantes ciudades de Venezuela, en particular y como es lógico deducir, la centro-norteña y centralista Caracas, pasó a erigirse en el mayor atractivo para la población y las actividades económicas. También en el mayor cordón de miseria y marginalidad de todo el país.
Que antecedió a este “nuevo” concepto estratégico territorial,..


Después de dos décadas de reflexión y singular ejercicio de democracia participativa, el objetivo central de la política de ordenación del territorio quedó plasmado en el Plan Nacional de Ordenación del Territorio aprobado en 1998. Sus principales propósitos: orientar la localización de la población, de las actividades económicas y la infraestructura física, armonizando criterios de crecimiento económico, desarrollo social, seguridad y defensa, y conservación del ambiente. Todo ello, con base en el conocimiento de las potencialidades y restricciones específicas de cada ámbito geográfico.


Su consecución exigía el apoyo a los procesos de descentralización y desconcentración, así como acciones distintas para cada uno de los espacios contemplados. Así, a los fines de estructurar sistemas y redes de ciudades que permitieran el acceso adecuado a distintos tipos y niveles de equipamiento y servicios, se proponía ordenar el crecimiento de las áreas metropolitanas, inclusive las ubicadas en la región Central.




¿Qué es la ordenación del territorio?
La ordenación del territorio o la sistematización del desarrollo en el espacio geográfico, es otra estrategia hacia la modernidad, además, atada a la de la descentralización. Lo es porque, además, al igual que ésta, parte del reconocimiento del desarrollo desigual de las regiones de un país, tal como el resultante del desmesurado centralismo en Venezuela. Refiere a aquellas acciones del Estado concertadas y dirigidas a buscar una organización del uso de la tierra, con base en la redistribución de oportunidades de expansión y la detección de necesidades, potencialidades, limitaciones y ventajas comparativas y competitivas.



Su consecución supone propiciar un sistema de ciudades "armónico" y eficientemente integrado a la globalización. Comprometedora meta porque significa salvar las desventajas de las fuerzas de integración de la globalización y aprovechar las fuerzas de la fragmentación o diferenciación espacial a los fines de fortalecer centros con capacidad para competir con los dominantes. También supone estimular el desarrollo de actividades que permitan reducir o reorientar las migraciones; garantizar la calidad de la infraestructura requerida, y crear ámbitos regionales.


Hacia donde vamos,…
La percepción es que nos dirigimos hacia un modelo de economía mixta, con un estado centralista, poderoso y obstructor. Altamente burocrático y centralizador. Con denominación de nuevas “altas autoridades”, delegados del poder central, que en el mejor de los casos significarán elementos de yuxtaposición de funciones con los poderes regionales y locales. Un repliegue de las provincias, un creciente sentimiento de subyugación al poder central. Estadios ya superados, no solo en lo político, también en lo administrativo, geoestratégico y financiero.

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