jueves, 5 de junio de 2008

LA EDUCACION DEL FUTURO Y EL FUTURO DE LA EDUCACION ( CASO MEXICANO)


La educación del futuro y el futuro de la educación (en el escenario de la educación superior)
Jorge René Meléndrez Quezada// e-mail melendrezjr@todito.com



IntroducciónMediante el presente ensayo, se busca presentar algunos elementos de diagnóstico acerca de la situación que presenta la educación superior, partiendo de la base del papel que juegan cambios que se viven en la actualidad, sobre todo el de la cibernética en los procesos de enseñanza aprendizaje; así como también, considerando la participación que tiene el estado en el subsidio de la misma y la creciente participación de los particulares en el proceso de la educación superior.




Con todo ello, se busca definir lo que llamamos una educación superior del futuro, sobre todo la que se vislumbra en los próximos quince años, es decir, de cara al 2020, elementos con los cuales, pretendemos hacer además, un análisis de prospectiva del futuro de la educación superior, la que en principio, parece estar perdiendo la importancia que tenía apenas en el siglo pasado, en un país como el nuestro, aún en proceso de desarrollo económico y social.





1. Escenarios de diagnóstico.

El contexto global y la transición de fin de siglo
Nuestra época se caracteriza por profundas transformaciones en prácticamente todos los órdenes de la vida humana. Estos no son privativos de nuestro país, sino al contrario, nos llegan desde diversas latitudes y crean una influencia determinante en la vida cotidiana de todos los mexicanos, sobre todo de quienes viven en las grandes urbes, que es donde más se manifiestan los grandes avances de la tecnología digital, las telecomunicaciones, las redes de Internet, en suma, el ciberespacio.




Estos cambios de los últimos años, han sido señalados en diversos foros y a su vez, han sido característica y exigencia del fin del siglo veinte. Ha sido en la última década, en la que se han dado las más grandes transformaciones sociales, económicas, políticas, culturales y educativas, en una magnitud e intensidad tales, que sus alcances apenas se vislumbran.




Una sociedad, sea mundial o nacional, inmersa en un proceso de cambio acelerado en todas las esferas de la vida humana, con todas sus paradojas y contradicciones exige transformaciones profundas en la organización y operación de la educación en general y la educación superior en lo particular.




El cambio es constante, acelerado y afecta a toda la vida de la sociedad; se da en la actividad económica, en las formas de organización del trabajo y en las bases técnicas de la producción, surgiendo nuevas necesidades y exigencias relativas a las competencias y conocimientos de los hombres y mujeres para insertarse activamente en el mundo laboral.




Con el cambio se extienden las actividades que requieren de innovaciones continuas y de una mayor participación de la dimensión intelectual del trabajo; se modifican las costumbres, los patrones de conducta y los modos de vida de los individuos y de los grupos sociales; se extienden los ámbitos de acción de la sociedad civil; se redefinen los campos de intervención del Estado y se va conformando una sociedad más democrática y más participativa.




La sociedad mexicana y su evolución
En la actualidad, México es un país en proceso acelerado de urbanización, lo que se evidencia en mayor medida por el hecho de que en la segunda mitad del siglo veinte se dio la transición de una sociedad rural agraria a una sociedad urbana de economía terciaria, y cuyo desarrollo ha ido aparejado al proceso de relativo industrialización del país y de sus regiones.



Por esta razón, la educación superior es un fenómeno eminentemente urbano, por lo que no es de extrañar que sus desequilibrios correspondan en gran medida a los desequilibrios del crecimiento y distribución de la población del país. La concentración de la población en las grandes urbes ha determinado la concentración de la matrícula de educación superior, por lo que el desarrollo futuro de las ciudades será determinante en la evolución de la educación superior en las próximas décadas.




La sociedad mexicana de los últimos años, ha estado inmersa en una comunidad mundial cada vez más interdependiente, lo que ha generado a su vez, un proceso de transición en todos los órdenes, en lo económico, lo político, lo social y lo cultural principalmente. Dicho cambio, debe implicar por necesidad a todos, sin embargo, en virtud de las asimetrías existentes hacia el interior de la sociedad mexicana, aún no se ha dado de manera homogénea en los distintos ámbitos de la misma.




En lo económico, por ejemplo, se han puesto en operación en los últimos tres lustros estrategias que buscan la incorporación de México a los mercados mundiales, el aumento de la competitividad de la planta productiva, la captación de capitales externos en inversiones productivas y la creciente exportación de bienes y servicios con etiqueta de “Hecho en México”, como una forma de insertarse en la globalización.




En lo político, el país ha venido ampliando su vida democrática con una verdadera participación de la sociedad a través de las instituciones encargadas de la validación de los procesos electorales que gozan hoy, a pesar de altibajos, de una mayor participación ciudadana, que de alguna manera ha consolidado la estructura de partidos y asociaciones políticas, y sobre todo, de una alternancia en el poder en el gobierno federal y algunos gobiernos locales y la emergencia de nuevos actores en el seno de la sociedad civil.




En lo social, han aparecido nuevos grupos de apoyo que apuntan a la conformación de una sociedad más solidaria y participativa, aunque al mismo tiempo, se tienen serias asimetrías en amplias regiones del país, con sectores y grupos sociales que todavía no participan socialmente de los beneficios del crecimiento económico, derivados de programas emergentes como fueron en su momento Solidaridad y Progresa y en la actualidad el de Oportunidades.




LO EDUCATIVO EN LO CULTURAL,..

En el ámbito cultural que implica lo educativo, están apareciendo nuevos fenómenos como son el avance acelerado de los conocimientos científicos, humanísticos y tecnológicos, la creciente participación del sector privado en la educación en todos los niveles, la cada vez mayor escolaridad de la población urbana y rural, en los niveles de la educación básica y sobre todo, en los avances en las tecnologías de la información y la comunicación.



2. El contexto de la educación superior en México.

Hay muchos elementos de análisis dentro del contexto de la sociedad mexicana que nos permiten vislumbrar una serie de retos a los que en la actualidad se enfrenta el sistema de educación superior en nuestro país. En primer lugar, habría que mencionarlo, el relevante papel que ha venido jugando el estado como principal ente que genera el subsidio de las instituciones de educación superior, IES tanto del nivel estatal como del sistema autónomo, recursos que por si mismos absorben una gran proporción del presupuesto federal y que al decir de las propias universidades e institutos, resultan claramente insuficientes, en magnitud tal que en la mejor de las estimaciones, se requeriría una cantidad similar para alcanzar a subsanar los carencias que se tienen, lo que significa en pocas palabras, que el estado mexicano debe en los próximos años, duplicar los recursos destinados a la educación superior, tan solo para cubrir los rezagos existentes.




Aquí el escenario es bastante problemático, pues siendo el origen de los recursos de carácter fiscal, estos acusan graves déficit presupuestales, en virtud de los altos índices de evasión fiscal detectados y las graves asimetrías que el mismo sistema presenta en otros rubros como son las pensiones, el costo del rescate bancario, como parte de la deuda interna y por otro lado, los déficit en la balanza comercial que no genera los suficientes recursos para cubrir en tiempo y forma las amortizaciones de la deuda externa y el deslizamiento del tipo de cambio.




El estado mexicano, léase gobierno federal, tiene cada vez más serias dificultades para continuar subsidiando a la educación superior, razón por la cual, ha venido propiciando el nacimiento de instituciones privadas que de alguna manera, han venido a despresurizar la demanda de educación superior que ofrecen las instituciones públicas, alentando nuevas carreras, propiciando la especialización y fomentando nuevas formas de enseñanza aprendizaje.




A pesar de lo anterior, es importante señalar que haber pasado en menos de una década, de una cobertura de apenas un 18% a casi un 40% de participación total dentro de la educación superior, ha significado un salto enorme en tan solo unos pocos años, merced y gracias a las posibilidades de una clase social de ingresos media y mayores, que ha preferido la educación superior privada aunque ésta fuese de alto costo; pero las crisis recurrentes el los últimos años, la creciente depauperización de la sociedad mexicana entre otros factores, vislumbran un estancamiento en la cobertura de la educación superior privada, la que deberá buscar nuevos mecanismos de financiamiento si desea no perder los espacios ganados en los últimos años. (Nota: En la página de Internet de ANUIES, se puede leer estadística básica acerca del total de alumnos, tanto hombres como mujeres, inscritos y reinscritos para el ciclo escolar 2001-2002 a nivel nacional, incluyendo Universidades e Institutos de educación superior tanto públicos como privados. El total de la matricula ahí señalado, es 1’195 038 alumnos, donde el 61.4% corresponde a IES subsidiadas por el estado mexicano, y el 39.6% a instituciones del sector privado).




Asimismo, se presentan aspectos generales de gran importancia a considerar en la futura evolución de la educación superior y que, a su vez, constituyen un referente para la formulación de la visión de la educación superior al año 2020. En efecto, la transición que vive el país se da en un contexto de crisis recurrentes, no solamente de dimensión nacional, sino también internacional, pues los procesos de globalización de las economías nacionales hacen ahora interdependientes a todos los países.




Al término de la presente década, México se enfrentará a un panorama mundial y nacional de crisis económica global, de tal magnitud que ha llevado a los organismos internacionales a plantear correcciones a las estrategias económicas que depositaron un excesivo optimismo en la regulación de los mercados sin intervención de los estados nacionales. Hoy tenemos un mundo más polarizado entre países ricos y países pobres y sociedades con una profunda inequidad social.
La educación superior mexicana opera en un nuevo escenario de competencia mundial, que es más visible en el marco de los tratados comerciales como el de Libre Comercio de Norteamérica y la incorporación a organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La competencia entre universidades mexicanas y de otros países conlleva la necesidad de plantear programas de desarrollo de nuestras IES, con base en indicadores y estándares internacionales.




Como fue reconocido en la Conferencia Mundial sobre Educación Superior, en una sociedad basada cada vez más en el conocimiento, “…la educación superior y la investigación forman hoy en día la parte fundamental del desarrollo cultural, socioeconómico y ecológicamente sostenible de los individuos, las comunidades y las naciones. Por consiguiente, y dado que tiene que hacer frente a imponentes desafíos, la propia educación superior ha de emprender la transformación y la renovación más radicales que jamás haya tenido por delante” (Conferencia Mundial sobre Educación Superior organizada por la UNESCO en 1998).




3. El conocimiento es futuroLuigi Valdés afirma en su libro que: “…estamos entrando a una era completamente distinta de la que conocemos. El gran cambio lo está marcando la transición del paradigma de la sociedad industrial al paradigma de la sociedad del conocimiento. La sociedad está evolucionando una vez más.” (cfr. Valdés).




En efecto, el siglo XXI se caracterizará por ser la era de la sociedad del conocimiento, que hoy apenas se vislumbra con todo y sus impactos de los que todos somos testigos. El conocimiento constituirá el valor agregado fundamental en todos los procesos de producción de bienes y servicios de un país, haciendo que el dominio del saber sea el principal factor de su desarrollo autosostenido.




“El paradigma del conocimiento, trae como consecuencia otros paradigmas o reglas del juego que dictan la nueva forma de competir. De la capacidad de entender, adaptar y aprovechar estas reglas del juego, dependerá el éxito de las empresas y su permanencia en el futuro.” (cfr. ídem).
Una sociedad basada en el conocimiento sólo puede darse en un contexto mundial abierto e interdependiente, toda vez que el conocimiento no tiene fronteras.



En el nuevo orden mundial los países que destaquen serán aquellos que además de dominar y aplicar productivamente el conocimiento, logren aprovechar las fuerzas del cambio y se adapten crítica y productivamente al entorno cambiante. El desarrollo de las naciones dependerá, fundamentalmente, de la capacidad de generación y aplicación del conocimiento por su sociedad.




El valor estratégico del conocimiento
La educación superior del futuro será una puerta de acceso a la sociedad del conocimiento, quizá la puerta más importante por su situación privilegiada para la generación y transmisión del saber humano. En la sociedad del conocimiento, la universidad tradicional coexistirá con universidades virtuales y con otras formas de universidad, como son las “universidades empresariales” formadas por las corporaciones de empresas, con el fin de satisfacer la demanda de educación permanente de sus trabajadores en distintos niveles formativos, principalmente los relacionados con las ciencias económico-administrativas.



Estas instituciones de educación superior, nacen con una fuerte base tecnológica y se caracterizan por una estructura y un funcionamiento bajo el principio de llevar la educación al individuo y no el individuo a la educación. Las universidades tradicionales se enfrentarán cada vez más a una fuerte competencia por parte de estas organizaciones educativas de las empresas y el reto salta a la vista.



En la sociedad del conocimiento, la educación se concibe como un proceso integral sin limitaciones temporales de edad, de nivel o de establecimiento escolar. El acceso a la formación y a la creación se desarrolla a lo largo de la vida, puesto que la sociedad de la información ofrece nuevos horizontes a la educación.



Las instituciones de nivel superior no deberán concebirse más en una perspectiva de educación terminal, ni restringir su misión educativa al otorgamiento de títulos y grados. Ellas están llamadas a desempeñar un papel estratégico para la actualización de los conocimientos de los hombres y mujeres, sea con propósitos de actualización profesional y técnica, o bien por el simple deseo de acceso a nuevos saberes.




“La educación superior deberá, así, incorporar el paradigma de la educación permanente, que implica dotar a los estudiantes de una disciplina intelectual bien cimentada para el autoaprendizaje en las diversas situaciones en que se encuentre. La educación permanente plantea a la educación superior una nueva exigencia de mayor magnitud que la formación básica, pues para desempeñarse con éxito en el tipo de sociedad en la cual se está desenvolviendo, necesitará cambiar sus concepciones y paradigmas de trabajo en materia de enseñanza y de aprendizaje. Al mismo tiempo, deberá buscar nuevos socios y nuevas alianzas y trabajar de manera proactiva en un ambiente reticulado y pluralista, lo cual requerirá de cambios estructurales y funcionales profundos.” (cfr. Silvio).





La educación superior enfrenta el desafío de fortalecer sus objetivos fundamentales y de encontrar un equilibrio entre la tarea que implica la inserción en la comunidad internacional y la atención a las circunstancias propias; entre la búsqueda del conocimiento por sí mismo y la atención a necesidades sociales; entre fomentar capacidades genéricas o desarrollar conocimientos específicos; entre responder a demandas del empleador o adelantarse y descubrir anticipadamente el mundo futuro del trabajo que probablemente se sustentará más en el autoempleo.




4. Perspectivas ocupacionales de los egresados.

De acuerdo con las tendencias del empleo, para el año 2020, nueve de cada diez egresados de las IES nacionales, tanto del sector público como del privado, estarán ocupados como mano y cerebro de obra, fundamentalmente en la micro, pequeña y mediana empresa, tanto en el sector industrial como en el de servicios. En ambos casos, es muy posible que los establecimientos de menor tamaño se integren en cadenas de producción relacionadas con las grandes empresas.




En algunos escenarios económicos más factibles a futuro, los mercados de trabajo tendrán un comportamiento distinto al actual. No se requerirá formar profesionales o técnicos para puestos fijos, sino para la continua cualificación profesional con vistas a la movilidad en el trabajo, de tal suerte que es factible que las instituciones educativas deberán formar técnicos y profesionales con una fuerte orientación para el autoempleo y la creación de microempresas.




Es importante apreciar adicionalmente, que en los próximos años las unidades de producción de bienes y servicios serán más automatizadas y requerirán trabajadores calificados, lo que llevará a un desplazamiento paulatino de la mano de obra no calificada. Para enfrentar el problema del desempleo, la recalificación de la fuerza de trabajo jugará un rol de primera importancia, en el cual las IES, junto a otras instituciones de capacitación laboral, ocuparán un lugar estratégico.




FUTURAS CARACTERISTICAS DEL EMPLEO,..

Algunas autores prevén que las posibles características del empleo y del trabajo serán las siguientes:
Contracción del empleo en el sector público y crecimiento relativo en el sector privado.
Disminución de las oportunidades de empleo en grandes empresas.
Aumento de oportunidades en el empleo no estructurado y de la economía informal.
Ritmo creciente de cambio en la estructura de puestos y la exigencia de una mayor cualificación en casi cualquier ocupación.
Pérdida de estabilidad y seguridad en el trabajo y creciente "informalización" en las relaciones entre empleador y empleado.
Tendencia a la racionalización y disminución de los puestos que requieren bajos niveles de educación.
Demanda creciente de conocimientos de informática, idiomas extranjeros y capacidad para el manejo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Aumento en las funciones laborales que exigen altos niveles de conocimiento en diversas esferas.



EGRESADOS DE EDUCACION SUPERIOR,...

Con base en lo antes señalado, puede advertirse que los egresados de las instituciones de educación superior, deberán caracterizarse por los siguientes elementos para enfrentar los retos del mundo del trabajo:
Ser capaces de trabajar en equipo.
Contar con capacidades de comunicación y sensibilidad social.
Ser capaces de hacer frente a las incertidumbres.
Estar animados de un espíritu de empresa
Ser polifacéticos en capacidades genéricas que abarquen diferentes disciplinas.
Ser flexibles ante la diversificación y evolución del mundo laboral.
Estar preparados para la internacionalización del mercado laboral mediante una comprensión de diversas culturas y el dominio de otros idiomas además del inglés.
Ser creativos y capaces de contribuir a la innovación.
Contar con una actitud positiva para emprender sus propios negocios y empresas.
Estar interesados en el aprendizaje durante toda la vida y preparados para ello.
Estar dispuestos a asumir responsabilidades.
Contar con una formación sólida en los conocimientos y capacidades generales.
Desarrollar aptitudes para resolver problemas.




5. La responsabilidad social de las instituciones de educación superior.

Uno de los principales desafíos que deberá enfrentar el sistema de educación superior mexicano en sus relaciones con el sistema político será el de lograr un entendimiento explícito de largo plazo y de carácter multipartidario, que garantice el financiamiento de las instituciones públicas de educación superior y las condiciones idóneas para asegurar y regular la participación complementaria del sector privado. Ello implicará ampliar los canales de comunicación existentes entre los diferentes niveles de gobierno y el sistema de educación superior, y desarrollar nuevos espacios de concertación.



El sistema educativo será corresponsable, junto con otras instituciones sociales y políticas, de la formación de una ciudadanía más informada y más madura políticamente, dispuesta a ejercer sus derechos y a cumplir con sus obligaciones. La forma de organización y operación de las universidades y demás instituciones de nivel superior, junto con la actuación de sus miembros, deberá ser ejemplo para la formación y consolidación de estos valores.




6. Hacia un nuevo paradigma social:

El de una Sociedad EducadoraEl nuevo paradigma de conformar sociedades educadoras, impactará de manera definitiva a las IES mexicanas, ya que de una educación tecnológica tradicional de competencias laborales, se pasará a una educación con mayor sentido humano, es decir, su educación será el de una educación de calidad con valores y actitudes más constructivas y autónomas de los mexicanos, las que de alguna manera, reforzarán el clima cultural e intelectual de las instituciones educativas. En el país van ganando espacio los valores de la libertad, responsabilidad, solidaridad, justicia social, respeto y tolerancia a las diferencias, búsqueda de la verdad, respeto a los derechos humanos, conservación del medio ambiente y una cultura de paz.




Las IES, como parte de su misión, contribuyen a la solución de los problemas sociales del país y de su entorno inmediato. Educación superior-sociedad educadora, constituye un binomio inseparable, donde las prácticas educativas son a su vez prácticas sociales. El actual panorama social, con toda su conflictividad, presenta oportunidades a las IES; éstas tienen la tarea de aportar a la construcción de una sociedad educadora que brinde oportunidades de desarrollo a todos los mexicanos, para lo cual es necesaria una visión compartida de país.




Bibliografía1. Documento resumen sobre la Conferencia Mundial sobre Educación Superior organizada por la UNESCO en 1998. 2. Luigi Valdes; “CONOCIMIENTO ES FUTURO; 1995. Hacia la sexta generación de los procesos de calidad; Editor: Centro para la Calidad y la Competitividad de CONCAMIN. México, D.F. 3. José Silvio, 1998. “LA VIRTUALIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR: ALCANCES, POSIBILIDADES Y LIMITACIONES”, Revista: Educación Superior y Sociedad, Vol. 9, No. 1, Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC). 4. Diana G. Oblinger y Sean C. Rush, 1999. “LA REVOLUCIÓN DEL APRENDIZAJE”, Ed. Prentice-Hall, México. 5. Araujo, J.B.; y Chadwick, C.B. 1998. “TECNOLOGÍA EDUCACIONAL: TEORÍAS DE LA INSTRUCCIÓN”. Ed. Paídos, Barcelona. 6. Nonaka, I; y Takeuchi, 1999. H. “LA ORGANIZACIÓN CREADORA DE CONOCIMIENTO”. Oxford University Press. México. 7. Harvey, L. y Green, D. 1993. “DEFINING QUALITY, ASSESSEMENT AND EVALUATION IN HIGHER EDUCATION”. Vol. 18, Nº1, Bath, UK
* Licenciado en Economía por la Universidad Autónoma de Sinaloa, UAS.1966-1971. Realizó estudios de postgrado en Comercio Internacional en el Centro de Estudios en Comercio Internacional del IMCE, en 1974. Obtuvo la especialidad en Finanzas Públicas en INDETEC, en 1985. Realizó estudios de especialidad en Dirección de Centros Educativos en IIDEAC; México en 1994-1995. Obtuvo la Maestría en Administración según programa de la CGIP de la UAS, en 1990-1992. Obtuvo el grado de Maestro en Ciencias en Desarrollo Empresarial, en el programa de la FCA-UAS, en 1995-1997. Cursó el programa abierto de Doctorado en Negocios Internacionales en la Universidad de Newport, USA, en 1992-1995. Actualmente, cursa el Doctorado en Educación, con énfasis en docencia e Investigación, bajo los auspicios del Centro de Estudios Superiores de Sinaloa-Baja California; CESUS. Es Presidente Ejecutivo fundador de la Universidad de San Miguel, de la que actualmente es Rector

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